jueves, 11 de octubre de 2012

Inhumarán hoy en Belén los restos de don “Toto” Pernasetti


Farmacéutico al igual que su padre, fue el autor de la Ley de Aguas que se sancionó en 1973.

Los restos de Horacio Agustín “Toto” Pernasetti, ex gobernador de facto de la provincia y padre del actual auditor de la Nación, Horacio Francisco, recibirán sepultura hoy a las 10 en la ciudad de Belén.
El histórico dirigente radical, quien en agosto había cumplido 90 años, falleció en la noche del martes tras una prolongada enfermedad.
Nacido en 1922, fruto del matrimonio de doña Delia Arias y don Francisco Pernasetti, se casó con una hija del pintor Laureano Brizuela y tuvo seis hijos: cinco mujeres y un varón.
Ejerció el gobierno de facto entre el 23 de junio de 1971 y el 25 de mayo de 1973 cuando era presidente, también de facto, Juan Carlos Onganía. Fueron sus ministros Carmelo Mamana en Gobierno, Aristóbulo Casas Nóblega en Economía y Luis Emilio Lobo Galíndez en Bienestar Social, cargo que también ocupó Oscar Sonzini, hermano del padre Santiago Sonzini.
Se desempeñó también como vocal director por Catamarca en YMAD.
Sancionó la Ley de Aguas emitida el 22 de mayo de 1973, un progresista instrumento que cambiaba radicalmente el concepto de la propiedad del vital elemento, en especial para las áreas de cultivo.
Tuvo la misma profesión de su padre, farmacéutico, recibido en la Universidad Nacional de Tucumán. Previamente había obtenido el título de maestro normal.
Dos farmacias había en Belén. La de don Antonio Saadi y la de “Toto” Pernasetti. Uno peronista, el otro radical, lo que fue todo un signo de pujas y encuentros en un pueblo chico como lo era la Cuna del Poncho al promediar el siglo XX.
El padre de don Toto había llegado desde Roma a Chumbicha, pasando previamente por Uruguay. En 1906 y en su libro de viajes contaba: “El viaje, en los machos y mulas, duró unos cuatro días. El fuerte sol de abril andando por las arenosas huellas de Pomán y molesto por el efecto del sol de la zona llegué a un valle cubierto por olivares y de un sencillo encanto. En unos días llegaron las drogas y los elementos de trabajo. Fue en Chumbicha, donde una familia de la ciudad de Belén, me ofreció instalar una farmacia en su ciudad. Decidido a hacer la América partí sin más trapos que mis herramientas de trabajo. A los pocos días me instalé en un terreno que me arrendó la familia que me había ofrecido instalar la farmacia. En la esquina de Don Zurita, en lo que luego se llamó el cruce de San Martín y Belgrano, con un pequeño mostrador, fue donde mi trabajo dio sus frutos”.
En el año 1949 falleció aquel italiano que se vino a afincar en estas tierras y don Toto continuó la tarea en la farmacia que posteriormente adquirió a la familia que le había propuesto a don Francisco instalarse en Belén
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario